«Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor» (Apocalipsis 2:2–4). La ciudad de Éfeso data sus comienzos de una época pregriega. En el año 356 a.C., después de haber sido devastada
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